Explosión y aparición de un agujero negro
Convengo en salir de la hipótesis de que el vacío absoluto no “es”.
Se trata de concepto vacío como la nada que nada puede ser pues sino algo sería.
Se deduce que lo que llamamos vacío material está saturado de ondas.
Algunas de estas ondas son tan evidentes que asoman como luz, colores, sensaciones de masas y otras propiedades de la materia en su contacto con la conciencia de materia.
Otras dejan ver sólo sus consecuencias.
La GRAVEDAD es la fuerza que se deja ver en la atracción de la masa hasta incluso desmoronarla sobre sí y hacer un hueco extradimensional.
Aquí es donde el Integracionismo involucra el concepto de adimensionalidad.
Todo el fenómeno Universo se manifiesta por un préstamo de la gravedad a las otras fuerzas.
Eso lo saben bien los físicos cuando se refieren a los agujeros negros.
Cuando el hidrógeno, combustible de las estrellas, se agota, si la masa de la estrella es más que 1,6 veces la masa del sol, entonces corre el “riesgo” de colapsarse en un agujero negro.
Nada conocido ocurre allí.
La luz no puede escapar de ese denso, atractivo, y casi nada emana de él, incluso el tiempo pierde consistencia quedando inoperante.
De las 4 fuerzas fundamentales, la gravedad, es la que les da oportunidad de existir a las demás ya que la expansión del Universo es lo inverso a la gravedad.
La expansión “crea”, por decirlo de alguna forma, el espacio y el tiempo.
ENTENDEMOS que una información, tal como una idea comprimida, puede tener dentro de sí muchos datos.
De hecho: ¿Qué es más verdad?
¿El protector de pantalla?
¿O el programa codificado que hizo el programador y que son repetidas líneas de signos con un lenguaje básico de computadoras?
La gravedad es una cesión que permite la aparición del “mundo de las cosas” ante la conciencia.
En esta conciencia parcial de la información total se infla la realidad material.
¿Cuál es la clave para que los sentidos perciban la diferencia de lo que llamamos vacío y lo que llamamos lleno?
Lo vacío es donde nuestros sentidos no pueden llegar.
Y lo lleno es la apariencia de la mezcla de lo que vemos más lo que no vemos.
Esta toma de conciencia de que el vacío, es decir lo que “no vemos”, está involucrado en todo lo que vemos poniéndole límites a los sujetos y objetos, es una de la claves de la comprensión de lo que hay.
Lo que aparece como universo material lleno es lo que decimos que es la REALIDAD.
La realidad es el Parece Ser, suma o consecuencia de ver áreas y no ver otras.
Las áreas que llamamos vacío y que están, en lo concreto, formando lo concreto, y dado condiciones de espacio y tiempo por lo tanto así también de las que siguen:
Espacio/tiempo
Distancias
Velocidades
Estos vacíos intelectuales son también nuestro universo cultural, nuestra visión del mundo, nuestro paradigma o sistema.
Los fragmentos se mantienen sujetos en un marco espaciotemporal psicológico y de leyes físicas donde hay un punto en que se mezcla la realidad/con el observador.
Sabemos que la constitución de las partículas tiene también enormes proporciones de vacío.
La masa es aquí una sensación que asoma a nuestros sensores tras la lectura de interacciones de cargas y masas sumada a la no percepción de otras muchas cosas a la que llamamos vacíos.
El rechazo de las partículas materiales de pequña masa y cargados, los leptones (electrones), cuya aversión es la que rige la explicación teórica de la disposición de electrones en la periferia atómica es también leido en sentido del tacto.
Nunca se toca el núcleo atómico, donde está propiamente lo más «sólido» del átomo.
Es la nube electrónica de esa onda-partícula, que es probabilidad, como onda; y, algo concreto, como partícula, la periiferia electrónica de las moléculas la que da solidez y todas las propiedades intensivas y extensivas de la materia.
El llenado de orbitales se rige por una norma donde los electrones se mantienen lo más separados posibles.
En el Universo esos vacíos son el excipiente en que se diluye la información.
Y la Información es masa y carga, hay también energía, nuestros sentidos perciben una gama muy estrecha de esta energía permanente.
¿Saben las personas que 70 millones de neutrinos atraviesa cada cm2 de nuestro cuerpo?
No, casi nadie.
Pero eso es más “verdadero” que sus zapatos.
Sus zapatos se precipitan en eso porque la idea toma ahí la forma del recipiente.
La velocidad de lectura, la capacidad de procesar, en cantidad de VELCAPs, acercaría a la noción de no tiempo.
La gravedad hace eso.
Si todo se “resbala” por la conciencia lenta, un todo único inseparable, donde el vacío no tiene ninguna validez, como el cero, la nada, la ausencia absoluta, etc.
Todo lo que hay lo que podría haber, lo que necesariamente hay, TODO, estaría comprimido en un “antes del Big Bang”, es sólo un ejemplo.
La disgregación de objetos y sujetos, de multiplicidad, de transformación y heterogeneidad planetaria, son el escenario de la Expansión Universal.
Antes del Big Bang no había espacio ni tiempo, nos explican los físicos. Entonces toda manifestación o percepción necesitó de la primera explosión y de la formación del espacio-tiempo para que la diversidad de seres espaciotemporales pudiera desplegarse.
Se deduce entonces que la gravedad cedió parte, sino toda su energía, al espacio tiempo o marco vivencial del hombre y que ella, en sí misma, tiene potencialmente el poder de “tragarse” toda la historieta universal, de la misma forma como la regurgitó en el “principio” de los tiempos.
Pero… ¿De dónde salió todo este rollo de posibilidades disgregadas de lo adimensional?
De una conciencia, al mismo tiempo, capaz de saberse adimensional y olvidar serlo, es decir de una lectura de naturaleza informática, sin soporte físico o, mejor, donde siempre existió tan sólo la idea de soporte físico.
La naturaleza de la gravedad es aglutinante, no es que recobre algo perdido, ni cedido, es la conciencia de lo que nunca se separó lo que, valga la redundancia, cae por peso propio.
Integracionismo 