Tito
Tito entra al consultorio y el siquiatra le pregunta.
-¿Por qué ha venido, Tito? Ud. ya está curado.
-Es que no me acostumbro a la normalidad.
-¿Y qué quieres que haga? –le dice el facultativo.
-No sé, pero ya no aguanto más, quiero volver a ser como antes.
-Eso es muy difícil –le asegura el médico.
-¿Qué es lo difícil? –pregunta Tito.
-Dañar el lugar exacto de tu cerebro para que quedes como antes.
-Pero…¿No me puede devolver mi enfermedad?
-No.
-¿Y alguna otra tara parecida?
-¿Como cuál?
-Cualquiera, no tiene que ser la misma.
Los secretos de la mente
-¿Quieres quedar perturbado?
-¿Se puede? –se apresuró a decir el otro lleno de ansias.
-Lo intentaremos –se animó el Dr. Todavía perplejo –llevaría un tratamiento especial.
-¿Cuánto costaría? –se inquietó Tito.
-Lo mismo que el anterior.
-¿Cómo?¿No es más barato? –exclamó Tito haciendo un gesto de asombro.
-¿Por qué iba a serlo?
-Pensé que era más fácil romper que…
-No siempre.
-Yo estaba enfermo. Fue Ud. el que me sanó de eso.
-Sí, me pagó Ud. para resolverlo.
-¡Y ahora me va a cobrar de vuelta! –rugió Tito con la voz alterada.
-Es mi trabajo –explicó el primero.
-Hay otros médicos -sentenció el segundo.
-Tito, Tito…tengo la ficha, la evolución del problema, todo.
-Pero Dr…¿Puede dejarme como estaba? –rogó Tito apaciguado, nostálgico.
-¿Por qué no lo pensó antes de curarse?
-Es que antes las voces no me dejaban pensar –le recordó el paciente.
-¿Y quiere volver a oírlas? –se preocupó el médico.
-Sí, porque ahora los pensamientos no me dejan escucharlas.
kcats28@hotmail.com
Integracionismo 